De acuerdo. Cuando hablamos de situaciones difíciles inmediatamente nos viene a la cabeza intentar fotografiar en medio de un aguacero o en una tormenta de nieve a temperaturas bajo cero. O escalando una pared de unos pocos cientos de metros de altura. Pero es que esas son situaciones donde intentar sacar una foto es casi inhumano.
Fuerteventura no se llama así por casualidad. Los fuertes vientos son la norma en esa isla. Si a eso le añadimos una alerta roja por fuertes vientos de más de 110 kilómetros por hora... pues tenemos unas condiciones para fotografiar de lo más adversas. Olvídate de cambiar el objetivo a tu cámara a menos que quieras arruinar el sensor. La arena te golpea con tal fuerza e intensidad que se te mete por el pelo, orejas y más vale que lleves unas buenas gafas de sol que te cubran bien los ojos. Y sin embargo, ¡qué olas y qué colores! Y lo mejor de todo: un montón de pirados con sus tablas en ristre, mucho más entusiasmados que yo con las olas.
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