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Por fin... mi Nikon F5 (y no la de Chris O'Donnell)

En otro de mis intentos por recuperar esa juventud perdida y absurdamente añorada (¡como si entonces hubiera sido más feliz que ahora!), hace un par de meses compré una Nikon F5. No necesito explicarme a mi mismo lo que esa cámara significó para mí y para los fotógrafos de verdad, en su momento. Horas y horas mirando en una incipiente web de Malasia mirando datos técnicos, fotografías de la cámara y opiniones del autor, un como ya digo, malasio que había creado una web con el sugerente título de "A pictorial history of Nikon cameras". Deliciosa web que hoy día se mantiene debidamente corregida y aumentada, y que conserva el diseño un tanto trasnochado pero funcional y encantador de aquella web 1.0 de finales de los años 90.
El verano de 2015 será el verano de esa nostalgia por el pasado reciente fotográfico. De repente me vi consultando de nuevo esa página malasia. ¿Aún existía? Pues sí. Y como siempre, me vi consultando muchas otras webs: Thom Hogan o Ken Rockwell, gurús nikonistas (alguno más serio que otro) o el foro nikonista The Glorious Club dedicado a la fotografía analógica. Todos opinaban, como yo, que la F5 era la máxima expresión en cámaras analógicas, concebida para ser la herramienta definitiva de un mundo "argéntico" al que ya en 1999 le quedaba poco recorrido pero en el que esta cámara reinaba sin discusión.
A finales de los 90 esta cámara costaba un verdadero dineral, así que me preguntaba ¿cuánto costaría una F5 en 2015? Lógicamente nuevas ya no quedan, así que habría que acudir a eBay.
Después de un par de semanas de consultar en eBay y de sopesar pros y contras... aquí está, mi F5 a precio de saldo, precisamente con mi primer carrete. El prisma presenta síntomas de que un antiguo  dueño pudo pasar por más de un apuro, pero eso es algo que le da más carácter y personalidad a la cámara. Le confiere una historia.
Y sí, ya he terminado mi primer rollo, por lo que dejo para una próxima entrada los resultados y las sensaciones al fotografiar con esta verdadera bestia.

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