De Leica se podrán decir muchas cosas, pero lo que nadie puede negarle es que ellos marcan su ritmo. Van a su bola. Cuando a principios de la década de los 2000 la gente suspiraba porque se lanzara algún tipo de respaldo digital para poder aprovechar sus cámaras de película, Leica lo hizo, pero no con su mítica serie M, sino con su otra serie de cámaras, las Leica R, unas cámaras réflex de enfoque manual.
El respaldo digital para las Leica R8 y R9, el Leica DMR, anunciado en 2003, ofrecía un sensor desarrollado por Kodak e Imacon de nada menos que 10 Mpx, aunque, eso sí, tenía un recorte de 1,36X. Diez megapixeles era una barbaridad para una época (2003) en que las cámaras profesionales ofrecían una resolución en torno a los cinco megapixeles.
La gente se preguntaba cuándo iban a aparecer respaldos digitales similares para sus cámaras de película. La respuesta es fácil: nunca (Desde octubre de 2023 esto ha cambiado. Ver https://imback.eu/home/). Cuando Imacon fue adquirida por Hasselblad, ésta cerró el grifo y el DMR terminó su producción con apenas unos tres mil ejemplares fabricados.
El eco de este respaldo digital aún perduraba cuando en 2011 saltó la noticia de que una empresa, Re-35, iba a producir carretes digitales para cámaras de película clásicas en tres resoluciones: 4, 8 y 12 megapixeles. Nuestro gozo en un pozo, ya que todo era una broma del día de los inocentes. Fue tal el revuelo causado que sus creadores pronto tuvieron que actualizar su web para aclarar la situación. Aún hoy la web de Re-35 sigue existiendo a modo de eco de esa vieja reivindicación. Desde entonces, ni en broma se ha vuelto a sugerir nada parecido.
En este vídeo el fotógrafo danés y embajador de Leica, Thorsten Overgaard realiza una revisión a fondo de este respaldo, poniendo de relieve sus ventajas y, por qué no decirlo, sus muchos inconvenientes. Merece la pena echarle un vistazo, aunque solo sea por curiosidad.
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